El Zorro – Isabel Allende

Jul 17, 2015 | Imágenes, palabras

El antiguo puerto catalán se presentó a sus ojos como un bosque de mástiles y velamenes. Había embarcaciones de las mas variadas procedencias, formas y tamaños. Si a los jóvenes le había impactado el pueblito de Panamá, imaginen la impresión que le causó Barcelona. El perfil de la ciudad se recortaba soberbio y macizo contra un cielo de plomo, con sus murallas, campanarios y torreones. Desde el agua parecía una ciudad esplendida…………

Llegó por fin el día en que Diego estuvo preparado para la ceremonia de iniciación. El maestro de esgrima lo condujo por lugares ingorados incluso por arquitectos y constructores, que se jactaban de conocer la ciudad como la palma de su mano.

Barcelona creció sobre capas sucesivas de ruinas, por ella pasaron los fenicios y los griegos sin dejar demasiada huella, luego llegaron los romanos e impusieron su sello, fueron reemplazados por los godos y finalmente la conquistaron los sarracenos, que se quedaron en ella durante varios siglos.

Cada uno contribuyó a su complejidad; desde el punto de vista arqueológico, Barcelona era una tarta de mil hojas. Los hebreos cavaron viviendas, corredores y túneles para refugiarse de los agentes de la Inquisición. Abandonados por los judíos, esos pasajes misteriosos se convirtieron en cuevas de bandidos, hasta que poco a poco La Justicia y otras sectas secretas se apoderaron de las entrañas profundas de la ciudad.

Diego y su maestro recorrieron un laberinto de sinuosas callejuelas, se adentraron en el barrio antiguo, cruzaron portales ocultos, bajaron escalinatas desgastadas por el tiempo, se internaron en recovecos subterráneos, penetraron en cavernosas ruinas y atravesaron canales donde no recorría agua, sino un liquido viscoso y oscuro con olor a fruta podrida.

Por fin se encontraron ante una puerta marcada con signos cabalísticos, que se abrio´ante ellos cuando el maestro dio la contraseña, y entraron a una sala con pretensiones de templo egipcio……….

Al día siguiente al mediodía, Diego se apostó en una nave de la catedral. El rumor de la segunda aparición del Zorro había dado la vuelta completa por Barcelona y ya había llegado a sus oídos. En un solo día el enigmático héroe logró captar la imaginación popular. La letra zeta apareció tallada a cuchillo en varias paredes…. El Zorro – Isabel Allende

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